
El colmo de la paradoja es que el archivo de extensión “.rar” en el que el culposo admirador comprimió los 13 temas del disco llevaba la contraseña “sólo te pido que se vuelvan a juntar”.
Parece que en el país de los ciegos, al ex cantante de los Redonditos de Ricota se le exige demasiado: no sólo que sea coherente y viva de acuerdo a la leyenda que lo consagró, sino también que todos sus discos resistan ser medidos con la misma vara de calidad que los de Patricio Rey.
Fuente: Córdoba.net
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